Todos los caminos conducen a tu cuerpo
a la tortura bella
de llegar siempre
a tu centro
y debatir con mis labios
los balbuceos de un idioma
que hasta hoy
comienzo a descifrar
Abro las alas que encuentro
para ver de frente el infierno
Me abro paso con la espada de mi lengua
como un conquistador obstinado en encontrar oro
en el lugar más inhóspito
Quiero llegar a todos tus lugares
No dejarle nada a los que siguen
Atragantarme de tus pies
Y en la succión de tus dedos
encontrar los evangelios apócrifos
Tu frente tiene el ritmo zambo de tu voz
Entonces inicio un aquelarre
Tu boca encierra un laberinto borgiano
que me conduce al arco de tu pecho
El cuerno de tu centro
hace temblar lo más profundo de mis marismas
Eres mi unicornio que corre
que me embiste
que me acecha
para construir con su aliento
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